[Capítulo III: Entendiendo la República Ineficiente] Bajo nivel de la Burocracia Estatal y falta de técnicos competentes
[http://www.lanacion.com.ar/politica/nota.asp?nota_id=645480&origen=ranking]
El nivel de calificación de nuestra burocracia también es una causa de nuestro derrumbe relativo, solo basta comparar con los competitivos concursos de ingresos al sector público en Brasil, o los de EEUU (un ejemplo es el concurso de ingreso al Servicio Exterior), para darse una idea de la inferioridad de condiciones en la que nos encontramos.
LA NACION LINE
Provoca retrasos el bajo nivel en el Estado
La poca calificación del personal hizo que el Gobierno no pudiera ejecutar entre $ 1700 y 2500 millones del presupuesto 2004
Dos de cada diez agentes encargados de la ejecución de las políticas oficiales no tiene estudios universitarios Analistas y funcionarios coinciden en que se perdieron técnicos
La falta de calificación profesional en los estratos de la administración pública nacional encargados de la instrumentación y puesta a punto de las políticas que formula la Casa Rosada puede transformarse en un obstáculo para el desarrollo de la gestión del presidente Néstor Kirchner.
Un informe elaborado por la Subsecretaría de la Gestión Pública -el organismo encargado del seguimiento de los recursos humanos de la administración central- sobre la categoría de personal más numerosa del Estado indica que sólo dos de cada diez empleados de la estructura del Estado nacional ha recibido educación universitaria.
De un total de 24.293 agentes que desempeñan funciones en los 11 ministerios nacionales y en todas las dependencias de la Presidencia de la Nación, apenas el 24,9% tiene estudios universitarios cursados, mientras que el 34% sólo pasó por el colegio secundario y el 28,7% completó la primaria.
El documento, que mide el nivel de formación educativa de los trabajadores enrolados en el Sistema Nacional de la Profesión Administrativa (Sinapa), el más numeroso dentro de los escalafones del Estado y que incluso abarca a las áreas técnicas del poder central, revela además que los ministerios de Salud y de Desarrollo Social registran los índices más bajos de formación: en el primero, un 45,6 por ciento del personal no tiene completos los estudios secundarios, situación que en el segundo alcanza al 40 por ciento de los empleados.
Opiniones
Tres especialistas en análisis de políticas públicas consultados por LA NACION coincidieron en señalar que los problemas de calificación profesional en el Estado podrían constituir uno de los motivos que provocan que el Gobierno acumule en la actualidad más recursos de los que ejecuta.
Esa situación no es menor, por cuanto genera volatilidad en el arco político, y cobra más significación con la discusión por el pedido de "superpoderes" que el Ejecutivo formuló al Parlamento.
Tal como lo informó LA NACION en ediciones anteriores, de acuerdo con la ejecución del presupuesto exhibida oficialmente, las autoridades nacionales gastaron entre 1700 y 2500 millones de pesos menos de lo que tenían previsto en 2004 para obras públicas, planes sociales y programas de salud.
El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, interpretó que los datos oficiales que revelan los bajos niveles de calificación engloban tanto al personal jerárquico como a la planta de empleados de menor responsabilidad, pero aseguró que los altos funcionarios de carrera son por lo general profesionales.
De todos modos, Fernández reconoció que el Estado enfrenta el desafío de renovar su capacidad de gestión. "El Estado se ha destruido mucho en su capacidad técnica en la última década. Debemos haber perdido buenos técnicos, pero hay una vocación de muchos jóvenes profesionales que se quieren incorporar al Estado y, en ese sentido, confiamos en que se producirá una renovación", dijo.
Otra mirada
Este asunto también fue analizado por el director del Centro de Desarrollo de Tecnologías para la Organización de la Gestión Pública (TOP), Oscar Oszlak; por el jefe de políticas fiscales del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), Miguel Braun, y por el titular del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, Rosendo Fraga.
Los analistas advirtieron que los bajos niveles profesionales y su influencia en la capacidad de gestión constituyen un hecho recurrente en el Estado. Señalaron además que este proceso se vio agudizado luego de la reestructuración operada sobre el sector en la década del 90, y que hoy cobra notoriedad cuando se intenta devolverle un rol activo en la recuperación económica.
"La escasa calificación genera en definitiva dificultades en el desarrollo de una gestión. Pero éste no es un fenómeno nuevo: es algo histórico que responde a la falta de planificación de las administraciones, y que se agudizó con la desarticulación del Estado que se hizo en la década pasada", interpretó Oszlak.
El director de políticas fiscales de Cippec, Miguel Braun, coincidió con ese enfoque. "La falta de calificación en los niveles técnicos siempre pesa a la hora de ejecutar los planes. Por ejemplo, un mal que suele darse en el Estado es que los programas que se basan para su ejecución en licitaciones suelen tener importantes márgenes de subejecución, a diferencia de los de transferencia directa, porque para hacer avanzar a los primeros es necesario tener personal técnico preparado", dijo Braun.
"La escasa competencia técnica que a veces tiene el personal del servicio público y su bajo nivel de profesionalidad es un factor decisivo en la subejecución presupuestaria en el Estado argentino", consideró Fraga.
Pero no es este el único inconveniente.
En rigor, el mayor problema es que la administración central no sabe a ciencia cierta con qué recursos humanos cuenta, pues, según las autoridades del área, no existe una radiografía que precise las características del personal que la integra. Sólo hay evaluaciones parciales, como la realizada por la subsecretaría de la Gestión Pública.
"No hay información centralizada sobre los niveles de calificación de la totalidad del personal de la administración pública nacional. Es uno de los desafíos de nuestra gestión hacer un mapa de situación del Estado y en eso estamos trabajando", explicó el titular de la subsecretaría de la Gestión Pública, Norberto Ivancich.
"De todos modos, el informe elaborado sobre el Sinapa es una muestra representativa, porque es la categoría que más personal tiene asignado", dijo.
Censo
Según el funcionario, con el propósito de resolver esta situación se comenzó a diseñar un censo para medir los niveles educativos en los 40 escalafones de la administración central que incluso contemplará a los contratados.
La medida se instrumentará, dijo, con un crédito del Banco Mundial que, casualmente, se encontraba subejecutado desde el año 2000 y que, mediante sendos pedidos de prórroga y tras pagar los punitorios correspondientes, logró ser recuperado para esos fines.
Según los datos de la subsecretaría de la Gestión Pública, en la actualidad, la administración nacional se constituye por un total de 300.000 empleados, de los cuales 107.611 son agentes civiles y los restantes 292.389 pertenecen a las Fuerzas Armas y de Seguridad.
"La falta de planificación lleva a que uno se encuentre con que sobra personal para tareas de menor calificación y que hay poco para las labores más específicas. Eso, en definitiva, termina siendo un obstáculo hasta de las mejores intenciones políticas que pueda tener un Gobierno", sostuvo el director de TOP, Oscar Oszlak.
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Posted by Alberdi & Urquiza to Capítulo III: Entendiendo la República Ineficiente at 10/16/2004 08:22:00 AM
El nivel de calificación de nuestra burocracia también es una causa de nuestro derrumbe relativo, solo basta comparar con los competitivos concursos de ingresos al sector público en Brasil, o los de EEUU (un ejemplo es el concurso de ingreso al Servicio Exterior), para darse una idea de la inferioridad de condiciones en la que nos encontramos.
LA NACION LINE
Provoca retrasos el bajo nivel en el Estado
La poca calificación del personal hizo que el Gobierno no pudiera ejecutar entre $ 1700 y 2500 millones del presupuesto 2004
Dos de cada diez agentes encargados de la ejecución de las políticas oficiales no tiene estudios universitarios Analistas y funcionarios coinciden en que se perdieron técnicos
La falta de calificación profesional en los estratos de la administración pública nacional encargados de la instrumentación y puesta a punto de las políticas que formula la Casa Rosada puede transformarse en un obstáculo para el desarrollo de la gestión del presidente Néstor Kirchner.
Un informe elaborado por la Subsecretaría de la Gestión Pública -el organismo encargado del seguimiento de los recursos humanos de la administración central- sobre la categoría de personal más numerosa del Estado indica que sólo dos de cada diez empleados de la estructura del Estado nacional ha recibido educación universitaria.
De un total de 24.293 agentes que desempeñan funciones en los 11 ministerios nacionales y en todas las dependencias de la Presidencia de la Nación, apenas el 24,9% tiene estudios universitarios cursados, mientras que el 34% sólo pasó por el colegio secundario y el 28,7% completó la primaria.
El documento, que mide el nivel de formación educativa de los trabajadores enrolados en el Sistema Nacional de la Profesión Administrativa (Sinapa), el más numeroso dentro de los escalafones del Estado y que incluso abarca a las áreas técnicas del poder central, revela además que los ministerios de Salud y de Desarrollo Social registran los índices más bajos de formación: en el primero, un 45,6 por ciento del personal no tiene completos los estudios secundarios, situación que en el segundo alcanza al 40 por ciento de los empleados.
Opiniones
Tres especialistas en análisis de políticas públicas consultados por LA NACION coincidieron en señalar que los problemas de calificación profesional en el Estado podrían constituir uno de los motivos que provocan que el Gobierno acumule en la actualidad más recursos de los que ejecuta.
Esa situación no es menor, por cuanto genera volatilidad en el arco político, y cobra más significación con la discusión por el pedido de "superpoderes" que el Ejecutivo formuló al Parlamento.
Tal como lo informó LA NACION en ediciones anteriores, de acuerdo con la ejecución del presupuesto exhibida oficialmente, las autoridades nacionales gastaron entre 1700 y 2500 millones de pesos menos de lo que tenían previsto en 2004 para obras públicas, planes sociales y programas de salud.
El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, interpretó que los datos oficiales que revelan los bajos niveles de calificación engloban tanto al personal jerárquico como a la planta de empleados de menor responsabilidad, pero aseguró que los altos funcionarios de carrera son por lo general profesionales.
De todos modos, Fernández reconoció que el Estado enfrenta el desafío de renovar su capacidad de gestión. "El Estado se ha destruido mucho en su capacidad técnica en la última década. Debemos haber perdido buenos técnicos, pero hay una vocación de muchos jóvenes profesionales que se quieren incorporar al Estado y, en ese sentido, confiamos en que se producirá una renovación", dijo.
Otra mirada
Este asunto también fue analizado por el director del Centro de Desarrollo de Tecnologías para la Organización de la Gestión Pública (TOP), Oscar Oszlak; por el jefe de políticas fiscales del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), Miguel Braun, y por el titular del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, Rosendo Fraga.
Los analistas advirtieron que los bajos niveles profesionales y su influencia en la capacidad de gestión constituyen un hecho recurrente en el Estado. Señalaron además que este proceso se vio agudizado luego de la reestructuración operada sobre el sector en la década del 90, y que hoy cobra notoriedad cuando se intenta devolverle un rol activo en la recuperación económica.
"La escasa calificación genera en definitiva dificultades en el desarrollo de una gestión. Pero éste no es un fenómeno nuevo: es algo histórico que responde a la falta de planificación de las administraciones, y que se agudizó con la desarticulación del Estado que se hizo en la década pasada", interpretó Oszlak.
El director de políticas fiscales de Cippec, Miguel Braun, coincidió con ese enfoque. "La falta de calificación en los niveles técnicos siempre pesa a la hora de ejecutar los planes. Por ejemplo, un mal que suele darse en el Estado es que los programas que se basan para su ejecución en licitaciones suelen tener importantes márgenes de subejecución, a diferencia de los de transferencia directa, porque para hacer avanzar a los primeros es necesario tener personal técnico preparado", dijo Braun.
"La escasa competencia técnica que a veces tiene el personal del servicio público y su bajo nivel de profesionalidad es un factor decisivo en la subejecución presupuestaria en el Estado argentino", consideró Fraga.
Pero no es este el único inconveniente.
En rigor, el mayor problema es que la administración central no sabe a ciencia cierta con qué recursos humanos cuenta, pues, según las autoridades del área, no existe una radiografía que precise las características del personal que la integra. Sólo hay evaluaciones parciales, como la realizada por la subsecretaría de la Gestión Pública.
"No hay información centralizada sobre los niveles de calificación de la totalidad del personal de la administración pública nacional. Es uno de los desafíos de nuestra gestión hacer un mapa de situación del Estado y en eso estamos trabajando", explicó el titular de la subsecretaría de la Gestión Pública, Norberto Ivancich.
"De todos modos, el informe elaborado sobre el Sinapa es una muestra representativa, porque es la categoría que más personal tiene asignado", dijo.
Censo
Según el funcionario, con el propósito de resolver esta situación se comenzó a diseñar un censo para medir los niveles educativos en los 40 escalafones de la administración central que incluso contemplará a los contratados.
La medida se instrumentará, dijo, con un crédito del Banco Mundial que, casualmente, se encontraba subejecutado desde el año 2000 y que, mediante sendos pedidos de prórroga y tras pagar los punitorios correspondientes, logró ser recuperado para esos fines.
Según los datos de la subsecretaría de la Gestión Pública, en la actualidad, la administración nacional se constituye por un total de 300.000 empleados, de los cuales 107.611 son agentes civiles y los restantes 292.389 pertenecen a las Fuerzas Armas y de Seguridad.
"La falta de planificación lleva a que uno se encuentre con que sobra personal para tareas de menor calificación y que hay poco para las labores más específicas. Eso, en definitiva, termina siendo un obstáculo hasta de las mejores intenciones políticas que pueda tener un Gobierno", sostuvo el director de TOP, Oscar Oszlak.
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Posted by Alberdi & Urquiza to Capítulo III: Entendiendo la República Ineficiente at 10/16/2004 08:22:00 AM
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