septiembre 22, 2004

Kirchner pidió un rediseño del FMI

LA NACION LINE

NUEVA YORK.– Saco abierto, corbata afuera y, como el año pasado, saliéndose del libreto, el presidente Néstor Kirchner utilizó ayer su discurso ante las Naciones Unidas (ONU) para lanzar una crítica durísima contra el Fondo Monetario Internacional (FMI) y reafirmar los principales lineamientos políticos de su gestión.

El endeudamiento externo, los derechos humanos, las islas Malvinas y el multilateralismo en contraposición al predominio mundial de los Estados Unidos fueron los ejes principales de su discurso, en el que repitió la fórmula que, según el oficialismo, le había dado buenos réditos el año pasado.

Kirchner inició su exposición de 18 minutos a las 17.48 y dejó para el final la sorpresa: descartó el último párrafo previsto en su discurso, más genérico y protocolar, y optó por sintetizar sus ideas sobre la marcha para enfatizarlas. “Las Naciones Unidas deben tener fortaleza, coraje, justicia y equidad para promover las reformas necesarias de las normas inequitativas como las que aplican los organismos multilaterales de crédito, que terminan siendo problemas durísimos para la lucha contra la pobreza", subrayó, en el único momento en que mantuvo la mirada levantada ante el auditorio, semivacío.

Tres minutos antes ya había cargado directo contra el FMI: "Se hace necesario un urgente, fuerte y estructural rediseño del Fondo Monetario Internacional para que pueda prevenir crisis y ayudar a su solución, cambiando el rumbo que lo llevó de prestamista de fomento a acreedor con demanda de privilegios".

El Presidente reiteró de ese modo en el acto de apertura de la 59» Asamblea General de la ONU lo que hace doce meses había sorprendido a todos, incluida su propia comitiva. Los argentinos, dijo entonces, "somos los hijos de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo", para pedir luego el apoyo internacional para los países endeudados: "Nunca se supo de nadie que pudiera cobrar deuda alguna a los que están muertos".

Réplica a Rato

Kirchner también aprovechó la oportunidad para replicarle al director gerente del FMI, el español Rodrigo de Rato, que apenas 36 horas antes, y en esta misma ciudad, había subrayado que la Argentina debía elevar al 4% su superávit fiscal en 2005 si quería acordar con los tenedores de títulos soberanos en default.

"Sabemos que los superávit fiscales sostenibles son requisito para estabilizar las economías y respetar las obligaciones con la comunidad financiera internacional -destacó el Presidente-, pero debe entenderse que no cualquier superávit es defendible."

Sólo ausente su esposa, la senadora Cristina Fernández, que estaba con una agenda paralela (de lo que se informa por separado), los demás integrantes de la delegación argentina siguieron el discurso presidencial en vivo, desde la misma sede central de la ONU, ubicada en la 1» avenida de Manhattan.

Kirchner avanzó y reclamó el diseño del Fondo Monetario para "dar mayor margen de acción a las autoridades nacionales".

"Se requiere establecer una relación diferente con el FMI, priorizando una solución consistente con la capacidad de pago del país y sostenible en el mediano y largo plazo, que preserve los principios de equidad, justicia social y lucha contra la pobreza, el hambre y la desocupación", insistió. Si no, profetizó, "ellos (por los técnicos internacionales) harán su «mea culpa» y nosotros veremos crecer la cantidad de pobres si les volvemos a hacer caso".

Sus reclamos contaron con un aliado respetado en la arena internacional: el presidente brasileño, Luis Inacio Lula da Silva, que ofreció el primer discurso del acto inaugural y tiró de lleno al FMI y al Banco Mundial. "Esos organismos fueron creados para encontrar soluciones, pero a veces, por excesiva rigidez, se tornan parte del problema", dijo.

Lula y Lagos

Lula afirmó que el FMI "debe financiar la liquidez necesaria para inversiones productivas, especialmente en infraestructura, saneamiento y vivienda, que permitirán recuperar la capacidad de pago de las naciones pobres".

En tanto, el presidente chileno, Ricardo Lagos, que precedió a Kirchner en su exposición ante la Asamblea, coincidió además en la necesidad de potenciar el multilateralismo en la arena mundial, sea para reducir las barreras proteccionistas o para luchar contra el terrorismo.

"Entendiendo que la paz y el desarrollo se refuerzan mutuamente, debemos trabajar en un marco multilateral", dijo Kirchner, que sólo un par de horas antes había terminado de retocar el discurso redactado por el canciller Rafael Bielsa y revisado por el secretario legal y técnico de la Presidencia, Carlos Zannini. "No existe alternativa aceptable a la acción multilateral", insistió.

Las coincidencias entre los presidentes del Cono Sur de América latina también abarcaron la misión de las Naciones Unidas en Haití, como también las críticas hacia el presidente estadounidense, George W. Bush, aunque los tres se cuidaron de citarlo por su nombre.

Pero a diferencia de Lula y Lagos, que subrayaron que cada nación debe ordenar sus propios asuntos mientras encara la globalización, Kirchner también apuntó al FMI en el único párrafo que incluyó cierta autocrítica del país.

"Nos hacemos cargo de la adopción de políticas ajenas que nos llevaron a lo peor de los mundos. Pero no basta con la simple aceptación de los organismos multilaterales de crédito de su error al aconsejarlas y apoyarlas", insistió.

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